El 5 de diciembre de 1914 Sir Ernest Shackleton y 56 marineros zarpaban desde las Islas Georgia del Sur a bordo de los buques Endurance y Aurora, dirección al Mar de Weddell para llevar a cabo la última expedición de la edad heróica de la exploración de la Antártida: la travesía completa del continente antártico.

No lo consiguieron, el Endurance se encalló, la tripulación tuvo que acampar en el hielo, abandonar el barco que finalmente se hundió y viajar a la deriva en una banquisa de hielo casi 400 Km sin llegar a tierra firme. Shackleton, junto con cinco hombres, partió en un bote a buscar ayuda. Navegaron 1.300 km en un mar inhóspito y recorrieron caminando cientos de kilómetros hasta llegar a una base ballenera.

Volvieron a rescatar a sus compañeros, lo consiguieron y no dejaron a nadie atrás, regresando al Reino Unido los 28 marineros del Endurance.

Shackleton y su gesta nos ofrecen una importante lección sobre la responsabilidad de un líder con su equipo.